Tesis presentada para el Área Composición del Doctorado en Música de la Facultad de Artes y Ciencias Musicales (UCA)
Doctoranda: Lic. Florencia Sirena
Director de Tesis: Dr. Juan Ortiz de Zárate
Co-directora: Dra. María Lucía Puppo
Tribunal Evaluador: Dr. Gustavo Barrientos Beltrán; Dr. Pablo Freiberg; Dr. Julián Mosca
Defensa: 16 de febrero de 2024
La investigación aborda cómo los textos literarios —principalmente textos poéticos de vanguardia— pueden ser utilizados con fines musicales, es decir, aprovechados como materiales sonoros. Los sonidos del lenguaje, sus fonemas, son evidenciados desde un nivel estrictamente musical a través de una extrapolación al concepto de melodía de timbre en el continuum texto-música.
El objeto de estudio abarca el período comprendido entre 1921 (considerando esta fecha como punto de inicio por la creación de la Ursonate de Kurt Schwitters, cuya obra es considerada como una de las mayores contribuciones en la poesía fonética) y el año 1999 (considerando este año como fecha de culminación del siglo XX). La investigación recopila pensamientos, reflexiones y teorías de diversos autores que han advertido la presencia de características musicales en el lenguaje logrando trazar antecedentes históricos relevantes. De este modo, se incluyen reflexiones de filósofos como Platón (360 a.C.), Rousseau (1712-1778), Nietzsche (1844-1900), Adorno (1903-1969), Cacciari (1944); del compositor Schönberg (1874-1951); de artistas literarios como Stevens (1879-1955), T. S. Eliot (1888-1965); y del lingüista, fonólogo y teórico literario Jakobson (1896-1982). Asimismo, la investigación analiza obras artísticas tanto poético-literarias como musicales trazando puntos de contacto o divergencias en el desarrollo creativo de ambas artes y diversas posibilidades de interacción entre poesía/música.

Entre los movimientos literarios de la primera mitad del siglo XX se han analizado obras artísticas y distintos movimientos como el Futurismo italiano (con artistas como Marinetti); el Futurismo ruso; el Dadaísmo (con artistas como Hugo Ball y Tristan Tzara); y la poesía de otros artistas significativos como Raoul Hausmann y Kurt Schwitters. En la segunda mitad del mismo siglo, se consideraron movimientos como el Letrismo; el Ultraletrismo; la Poesía Concreta y la Poesía Sonora (con artistas como Henri Chopin, Bernard Heidsieck, Ernst Jandl). De igual modo, se han tratado algunos movimientos y artistas hispánicos, entre los cuales se destacan: el Positivismo y el Arte Conceptual Lingüístico; Problemática 6´; el Grupo Zag; Juan Eduardo Cirlot; Xavier Sabater; J.V. Foix; Josep Palau i Fabre; y la Generación del 45´ (puntualizando en este último caso sobre el análisis de la obra poética de Amanda Berenguer).
Entre los compositores del siglo XX abordados en esta investigación, se encuentran análisis de obras de John Cage (1912-1992), György Ligeti (1923-2006), Cathy Berberian (1925-1983), Luciano Berio (1925-2003), Karlheinz Stockhausen (1928-2007), Helmut Lachenmann (1935), Steve Reich (1936) y Georges Aperghis (1945).
Florencia Sirena ratifica la hipótesis de su tesis doctoral en la composición de siete obras musicales de autoría propia, las cuales son expuestas y analizadas tanto estética como técnicamente en su trabajo, entre ellas: Crash Dummies (obra escénica para orquesta de cámara, voces solistas y relator); schtzngrmm —sobre un poema de Ernst Jandl— (para dúo de flautas en do —una de ellas muta a piccolo—, y recitador); Fonema —sobre el poema schtzngrmm de Ernst Jandl— (para dúo de flautas en do —una de ellas muta a flauta baja—, y violoncello); Binario (para flauta en do —con mutaciones a flauta baja y piccolo—, clarinete en Sib —con mutaciones a clarinete bajo en Sib y a clarinete requinto en Mib— y soprano); Voces caprichosas (obra abierta y escénica para violín, piano, cinco voces solistas —tres femeninas y dos masculinas— y percusión); Filoso como vidrio roto —sobre un poema de Amanda Berenguer— (para soprano, percusión —triángulos, pandereta, libro, papeles—, y electrónica); Ursonate —sobre el poema de Kurt Schwitters (para flauta —muta a flauta baja—; clarinete en Sib —muta a clarinete bajo—; percusión; piano; violín; violoncello y recitador —Primer movimiento). Los poemas de estas obras musicales abordan distintos idiomas, diversos grados de inteligibilidad semántica y diferentes autores (incluyendo poesías propias de la compositora, Florencia Sirena). En estas obras musicales las características acústicas de los textos literarios son traducidas o reinterpretadas en las posibilidades técnicas de los instrumentos fundiéndose mutuamente. Se denomina a esto continuum entre poesía-música.
La extrapolación al concepto de melodía de timbre en el continuum poesía-música alude a una melodía de timbre que no está basada en un timbre meramente instrumental como se ha dado en el pasado, sino que se funda en el timbre de la poesía (con las cualidades sonoras y reglas de la misma) y el timbre instrumental propiamente de la música. En otras palabras, en el continuum entre los timbres de la voz hablada al recitar poesía y los timbres de los diferentes instrumentos musicales (o de la electrónica). A partir del concepto de melodía de timbre es posible aplicar procedimientos técnicos de variación y de desarrollo. En ambos casos, evaluando qué instrumentos y qué técnicas —sean extendidas o no— pueden resultar idóneas para imitar las características del lenguaje, como así también formas de ordenamiento, organización y relaciones posibles entre el material lingüístico (aislado en estructuras mínimas como las fonéticas, en sílabas, en palabras, en grupo de palabras, en oraciones, etc.) y la composición musical.
La importancia de este estudio reside en el aporte teórico y práctico de pensar y concebir la composición musical. A través de la melodía de timbre entre los sonidos del lenguaje y los sonidos propios de la música se amplían nuevas oportunidades para la creación musical.
