“El catálogo era un cuaderno en cuarto encuadernado en piel de oveja, que él mismo había recopilado durante esos treinta años de residencia en Occimiano. Ese era su juguete, su pasión: días y noches enteras transcurridos en la biblioteca sacando manuscritos, incunables, libros en dieciseisavo, en octavo, en cuarto, en folio, recopilándolos, ordenándolos por género, […]
